domingo, 2 de febrero de 2020

He vuelto

Lo que antes era mi refugio, mi hogar, mi pequeño sitio en internet, ahora es algo desconocido. Han pasado tantos meses que ya no se ni que decir por aquí.
Pensando, he llegado a la conclusión de que, cuando las cosas van bien, no necesito utilizar esta vía de escape.
¿Realmente han ido tan bien en este año y pico? Sinceramente, no.
He perdido práctica pero es cierto que ahora soy mas directa.
Utilizando esto cada vez que algo me iba mal amorosamente hablando es normal que ahora, abrazando la estabilidad, haya ignorado este blog.
Y bien, si digo que las cosas han ido mal pero tampoco escribí por aquí... ¿por qué ahora?
Quizás necesite dejar de hacer frases tan cortas y empezar desde el principio.
Bien, la canción está terminando, ahora escucho openings de anime, ¿lo sabías? Me gusta mucho ver anime durante horas.
Sigo desvariando con tal de no tocar los temas que rondan mi cabeza.
Tampoco es que lo vaya a leer nadie, no importa, simplemente es mi orgullo.
El año 2018 terminó lo que podría decirse bien, había aprobado cosas, mi novio y yo estábamos en una buena época... No tenía gran queja. Únicamente las peleas con mi ex seguían pero, por fin, me armé de valor y le mandé a la mierda, dejamos de hablarnos. ¡Mini-punto mental para mi!
El dolor ocurrió en 2019, a principios y a finales fallecieron miembros de mi familia y se sintió como cuchillas atravesando mi piel a cada paso que daba. Fue realmente una mierda, de estar a no estar nunca más. He dejado de llorar, desde hace tiempo, pienso en ello y me pongo triste pero no lloro, ¿soy mala persona por ello? No se qué puede estar mal conmigo pero, desde hace un tiempo, todo me importa poco.
No me malinterpretes, no soy una pasota, simplemente me da igual no tener amigos en mi facultad, me dan igual las desgracias en el mundo, me da igual lo que les pase a mucha gente de mi círculo (no todas). Me he cansado de tener malos momentos cada poco, de sufrir por ajenos, de abrir mi cuerpo a otros esperando recibir algo a cambio que no sean traiciones.
¿Cómo estoy ahora? Verdaderamente, estoy bien. No miento, me siento en paz conmigo misma. Cuando no tienes a alguien con el que sientes que constantemente hay que demostrarle cosas para conseguir su aprobación, sientes una paz mental increíble.
He aprendido a disfrutar de lo que antes me aterraba: el tiempo a solas. Ahora me hace feliz estar en mi casa sin gente al rededor. Me gusta estar en mi habitación no haciendo nada y no sintiéndome una mierda por no tener los suficientes amigos como para salir a la calle. Lo que antes era encerrarme por pánico ahora forma parte de un ritual de relajación y aceptación hacia mi misma.
Supongo que estoy desvariando, en fin, soy yo, siempre he sido un poco melodramática ¿no crees?
En resumen, he cambiado, totalmente, ahora soy una persona feliz consigo misma, con objetivos claros y estabilidad emocional. Ahora no soy el desastre humano de hace un año y más atrás. No le lamo el culo a nadie porque prefiero que me lo laman a mi. No es superioridad ni intento ser humilde, todo lo contrario, ahora exijo lo que se que me merezco.
Que os jodan a todos.

martes, 16 de octubre de 2018

Meses de desahogo

Tengo mucho que contar, llevo desde abril sin abrirme emocionalmente hablando por aquí y han pasado demasiadas cosas, demasiadas alegrías, demasiadas lágrimas...

Mi última entrada iba sobre toda la ilusión y esperanza que tenía en la relación que acababa de comenzar una semana atrás. He de decir algo, si antes era feliz con esa persona, ahora lo soy más. Es el novio de mi vida, quien me saca sonrisas y me seca las lágrimas cada vez que aparecen, no me arrepiento de nada. Realmente creo que jamás pude haber tomado mejor decisión que la de salir con él.

Todo empezó con mucho miedo por mi parte, yo seguía viendo a mi ex pero, desde que empecé mi nueva relación, no volví a quedar con él hasta finales de junio. Jamás haría algo tan feo como poner unos cuernos estando en una relación oficial. Mi ex... otro gran asunto durante todos estos meses. La cosa empezó con excusas de que no podía quedar con él, de los exámenes, de las recuperaciones... Todo eso me serviría hasta junio. Sin embargo, la vida y el destino son caprichosos, y ambos quisieron que tuviésemos una pelea bastante fuerte donde él me bloqueó dos semanas. En el momento que fui consciente de que aguanté quince días sin decirle ni "hola" por otra aplicación, supe que lo que habíamos tenido se había acabado hacía ya demasiado. Al final le hablé para zanjar el asunto y decirle que seríamos amigos y punto, cosa que él se tomó como un enfado o capricho mío que ya se me pasaría. No podía estar más confundido.

Empezó el verano de mi vida. Me fui con el chico más maravilloso de mi vida al pueblo durante tres semanas, desconectados al 100% del mundo, todos los días eran nuestros y de nadie más... Os juro que JAMÁS había sido tan feliz, no tenía ni una preocupación ni ningún motivo de tristeza, lo único que hacía era reír, amar profunda y sinceramente, demostrar todo el cariño que, humanamente, es posible. Es recordar esos momentos y quiero llorar de la nostalgia que me dan. Posteriormente, él volvió a su casa y yo a la mía, pero no tardamos ni una semana en pasarnos unos diez días más juntos en Oviedo. Y después de esos diez días, otra semana aproximadamente... En resumen, estuvimos viviendo juntos prácticamente todo julio y agosto.

Finales de agosto, volvamos a la historia con mi ex. Después de que él pasase de mi todo el verano; a pesar de que yo le hablase diariamente porque, aunque hacía ya mucho que no lo amaba, seguía preocupada por él y su vida; tuvimos una pelea que corté rápidamente contándole que estaba empezando a tener algo con alguien. Si, le mentí por miedo a que se pusiese como un loco y me dijese de todo, era a lo que estaba acostumbrada con él. Sin embargo, el golpe le hizo espabilar y darse cuenta de que las personas tienen un límite y no van a aguantar tus gilipolleces para toda la vida, y reaccionó como un cachorrillo herido, por lo que, unos días mas tarde, acabé contándole que llevaba en una relación desde abril y, a rollos/tonteando con este chico, desde noviembre. Jamás pensé que, algo que estaba superado, podría llegar a doler tanto. Me pasé noches llorando abrazada a mi novio muriéndome de culpabilidad por haberle hecho tanto daño a una persona que había sido tan importante en mi vida durante tantos años. Si, me había tratado como una mierda los últimos dos años pero, es imposible que no duela decir la verdad si es algo delicado como era lo mío.

Por fin quedaba todo aclarado y había sido sincera con ambas partes (con mi novio mucho antes pero porque no quería empezar una relación basada en las mentiras y en sentirme mal conmigo misma a todo momento, además de que quería que él fuese libre de elegir sobre su futuro conmigo conociendo toda la verdad) pero, me seguía sintiendo mal por haber jugado con ambos de esa forma, supongo que será algo que jamás superaré. Mas bien por mi novio. No me malinterpretéis, lo de mi ex me dolió muchísimo, sobretodo cuando él estaba muy triste y no paraba de decirme que me quería y lucharía por recuperarme, ese tipo de esperanza me resultaba demasiado familiar para mi gusto. Pero mi novio es un trozo de pan, jamás le he visto herir a nadie a posta, siempre tiene algo agradable que decir de las personas y en la vida a matado a una mosca, es demasiado puro y ama con tantísima fuerza que, el saber que yo era todo lo contrario y le mentí durante meses, es algo que a día de hoy me sigue destrozando y lo seguirá haciendo mucho tiempo.

A pesar de todo esto, seguí siendo feliz, me mudé a vivir a Oviedo y fueron unos días maravillosos... Hasta que empezó la universidad. Personas que quería con toda mi alma me hicieron un daño enorme ya el primer día, esa personita en concreto se juntó con mi antiguo grupo y se dedicó a hacerme tanto daño como el que me había hecho la gente en Avilés. Dejé de ser feliz constantemente y pasé a serlo únicamente a ratos cuando estaba con mi pareja. Volvió el miedo a todo, a vivir, a conocer gente... Volvió toda la ansiedad social y el pánico de salir de casa. Dejé de ir a clase, empecé a estudiar todo por mi cuenta, me alejé de las personas... Porque, sencillamente, no puedo soportarlo. Este fin de semana me dio tal ataque de miedo que dejé a mi novio, para poco después, romper a llorar en sus brazos pidiéndole perdón y asegurándole que no iba en serio, que estaba muy muy muy asustada. Él es una persona maravillosa, me abrazó, me dejó llorar y desahogarme, me secó las lágrimas y me explicó que yo era una buena persona con muy mala suerte por haberme encontrado con gente tan cruel a lo largo de mi vida. Estuve llorando más de una hora y él en ningún momento se separó de mi ni dejó de darme caricias y, cuando logré calmarme, se levantó conmigo a la cocina a por un poco de leche con miel antes de irnos a dormir juntos y acurrucados.

En resumen, estos meses han sido maravillosos aunque han tenido sus momentos malos, el verano fue lo mejor que había podido vivir jamás y, a pesar de que ahora estoy tan asustada y tengo tanto miedo, a mi lado está una persona a la que amo con locura que se que haría lo imposible por hacerme feliz. Como él mismo me dijo una vez: me puse el reto de hacerte reír al menos una vez en cada ocasión que nos viésemos. A veces nos cuesta decidirnos y nos pasamos meses sin valorar lo que tenemos pero, a día de hoy, puedo decir que mi pequeño monito es el amor de mi vida.

domingo, 29 de abril de 2018

Nueva oportunidad

Aún recuerdo aquel día en el bus bajando de la facultad para ir a comer al McDonald los de nuestro antiguo grupo, cuando no teníamos sitio y estuvimos en un hueco los dos de pie hablando de nuestras cosas y riéndonos sin mas, fue de las primeras veces que realmente me sentí cómoda contigo, a gusto, sin miedo de contarte algo o de hacer un poco el tonto. Habíamos hablado antes, lo sé, pero tu sabes como soy yo con las personas "desconocidas". En ese momento aún no hablábamos casi por whatsapp, quizás un par de mensajes para vernos por la mañana en la facultad, pero no mucho más.
Me acuerdo que, al llegar el bus y bajarnos de él, solo quería seguir conversando contigo, pero me daba vergüenza parecer un poco pesada y lo dejé estar, pero tu te quedaste al lado cuando íbamos andando a comer, y seguiste dándome temas para hablar. Aún no lo sabía, pero ese era un principio de algo muy grande. Realmente no se por qué, pero ese recuerdo en concreto, lo tengo grabado en mi cabeza.
Otro de los recuerdos que tengo es aquella noche con las banderitas, cuando buscábamos la bi y la demi y nos estuvimos riendo tantísimo por el grupo que usábamos hace meses, lloré de la risa con nuestros comentarios y demás que aún sigo releyendo a veces.
Algo que me despierta nostalgia y, a la vez, me hace sonreír, fue aquella noche que te acompañé a casa. Ambos fuimos "torpes" y nos ha servido para muchas coñas pero, sin lugar a dudas, fue una noche para recordar siempre. El frío y lo poco que lo sentía por los nervios, las ganas de acurrucarme y besarte dulcemente... Al pensar en ello todas esas sensaciones vuelven a mi y me envuelven cálidamente.
Todo eso son recuerdos vívidos antes de ESE momento, de ese primer beso, de la noche en la que, después de tantos meses, sentí felicidad y que las cosas realmente podrían salir bien de una vez  por todas. Las cuatro de la mañana, un frío increíble, nosotros en la calle, juntos, solos... Y el beso, el primero, justo después de frotarnos la nariz dulcemente, cuando ambos temblábamos de nervios, nos besamos. Sentí paz, felicidad, me sentí protegida, que nada ni nadie podrían arruinar ese momento. Y no me arrepiento ni un solo día de haber estado en ese lugar y en ese momento contigo.
Después vinieron mas, muchos mas besos llenos de timidez al principio, pero siempre cargados de un amor que no nos atrevíamos a confesar al 100%. Ambos sabíamos que nos queríamos, que nos gustábamos, pero quizás teníamos miedo. Yo al menos tenía miedo, de meter la pata, de arruinar algo que me encantaba (tu), tenía miedo del mundo y tu me lo quitaste a base de besos y amor.
Nuestra primera vez, esa mañana de diciembre que pensé explotar de amor. Fue... mágica, indescriptible. Sentí otra vez lo mismo que en aquel banco de la catedral a las cuatro de la mañana, y sentí que realmente podía estar amándote, por mucho que quisiese negarlo.
Me costó aceptarlo, que me estaba enamorando de ti, supuso un esfuerzo muy grande admitirlo en mi cabeza, porque yo estaba convencida de que podía manejar mis sentimientos a mi antojo. Hoy por hoy, me alegro de haberme confundido.
No cambiaría nada, llevo siendo feliz a tu lado muchos meses, y llevas peleando por mi mucho tiempo, luchando porque volviese a confiar en el amor. Y si, lo has conseguido, estoy mas ilusionada que un niño con una bolsa llena de chuches, te amo y no tengo duda de que voy a seguir haciéndolo. Te has convertido en todo amor, en todo lo que intentaba evitar pero necesitaba mas que nada para volver a vivir de nuevo. Gracias a ti tengo otra vez ganas de comerme al mundo, de decir "aquí estoy yo", de ser feliz... Siento que tengo una nueva oportunidad.
Me siento querida, y siento que puedo volver a querer. Simplemente, gracias.

jueves, 28 de diciembre de 2017

La entrada mas confusa de mi vida

La navidad nos pone tontos, sentimentales… Llenos de dudas y rayadas, ¿qué es esto? ¿un jueves noche abriéndote por whatsapp con un amigo? La época en sí, el frío, el chocolate caliente quemando nuestras gargantas, el vaho de nuestra respiración a las 8 de la mañana… Es la estación perfecta para salir, para acabar cantando a grito “livin´ on a prayer” de Bon Jovi, para perderse por una ciudad con amigos, para que el tequila nos haga entrar en calor (hablo del corazón también). De mil y un cosas, de reír y reír, de llorar de felicidad, de conocer a gente nueva.

Hablo de la navidad como algo que nos pone tontos, pero como algo que nos hace felices también, aunque sería de hipócritas no mencionar que llevo siendo feliz desde antes, desde septiembre más bien.

Esta entrada del blog no tiene ni pies ni cabeza. Empiezo quejándome de las rayadas navideñas y ahora hablo de que soy feliz desde septiembre. Supongo que es lo que pasa cuando tú misma te sientes tan perdida. Oh, sí, feliz y perdida. Tengo que intentar poner mi cabeza en orden para poder escribir algo con sentido, lo intento, pero me cuesta porque un día siento una cosa y al día siguiente otra totalmente distinta. También tienen que ver las canciones que tengo de fondo mientras escribo esto.

NECESITO ACLARARME.

Soy una romántica empedernida, pero me da asco lo romántico, ¿alguien me lo explica?
Me agobio, me estreso mucho y muy rápido, las cosas me explotan en la cara fácilmente. Me ilusiono como una tonta durante… ¿cuánto? ¿30 segundos? Me canso, me canso de absolutamente todo, ¿qué está mal conmigo? No entiendo nada…

Me agobia hasta que me digan “te quiero”, pero luego estoy tonta y me muero por oírlo. Quiero encerrarme en casa y que no me vean mas, porque si, porque solo hago daño. ¿Cómo puede ser que me estrese tanto y con tanta facilidad? Parezco un mártir, todo el día lloriqueando por las esquinas… Pero ni yo misma se que quiero…


Lo dicho, esta entrada no tiene sentido, ni un ápice, pero era necesaria para respirar, para poder levantar un poquito más la cabeza. Estoy tan confusa que acabaré explotando, haciendo mucho daño, perdiendo de nuevo amistades pero… No puedo evitarlo, soy de esas personas que cuando no aguantan más, tienen que soltarlo todo, arrasando con cualquier cosa que tengan por delante. Solo espero no generar demasiado odio pero, esto está saliéndose de mi control, empezó como algo inocente y ya no sé cómo controlarlo (ni quiero, pero en fin, yo ya no entiendo nada).

viernes, 8 de diciembre de 2017

Apostando por ello

Tengo el corazón roto en mil pedazos y, a la vez, reconstruido como si de magia se tratase.
Tengo ganas de llorar a todas horas, y de gritar de alegría también.
Tengo ganas de recordar todo, y de olvidarme a su vez.
¿Cómo puede ser que, a la vez que te rompes, te reconstruyes? ¿Cómo alguien puede destrozarte tanto y, a la vez, que exista otra persona recogiendo tus pedazos? ¿Cómo puedes olvidar a alguien centrándote en recordar a otro?
Me estoy volviendo loca, necesito ir por fases: me destruyen, lloro, paso el duelo, y poco a poco resurjo de mis cenizas. Pero no, no está ocurriendo así. Me han destruido a la vez que yo me he reconstruido, estoy pasando un duelo a la vez que grito de felicidad, ya no resurjo de mis cenizas, siento que las cenizas se evaporan de mi cuerpo...
Le doy muchas vueltas a todo, a lo que está bien y mal porque no me gusta hacerles daño a las personas pero, cuando ya es cuestión se que te lo hagan a ti mismo o no, acabas siendo egoísta. Yo podía haberme tragado mi enorme orgullo, pero no, pero quizás ya me he cansado del pasado, de pegarme todos los días con él, quizás quiera mirar al presente y futuro y sentir que hay una débil esperanza de ser feliz, de sentir en algún momento que todo está bien.
Quizá no sea cuestión de plantearse nada, si no de vivir, sin mas, de ser feliz. Quizá un beso bajo un soportal a las cinco de la mañana signifique mas que un centenar de besos dados en una cama. Lo dicho, las palabras se las lleva el viento, los actos perduran y, en tan poco tiempo, todos esos actos tanto por un lado como por otro, me han dejado muy claro lo que tengo que hacer.
Pero no, no puedo, sencillamente no puedo decir que si a una pregunta tan importante, no puedo salir de algo tan horrible y no darme tiempo para mi, para mi libertad, para no darle explicaciones a nadie... Necesito respirar, hacer tonterías, vivir esa vida que se vio condicionada durante tantos años. Necesito redescubrir quién soy realmente.
Eso no quiere decir que no quiera a nadie a mi lado, esa persona sabe de sobra lo que me hace sentir, pero necesito tiempo. Me está reconstruyendo, de la nada, simplemente un día apareció diciendo "se me da bien escuchar, puedes desahogarte" y sentí que si, que podía confiar, que realmente sería de las pocas personas en este mundo a las que te puedes abrir sin miedo a la traición.
Mentiría si dijese que no tengo miedo, pero también mentiría si dijese que no quiero intentarlo.
Estoy atrapada, entre dolor y felicidad, destrucción y resurrección.
Simplemente, me toca de una vez ser egoísta y pensar únicamente en mi felicidad. Y sí, tan solo hay una forma de lograr eso. Por muchas dudas que tenga, apuesto por ello.

lunes, 16 de octubre de 2017

Miedo que evoluciona a madurez va unido de la mano a sensatez

Dicen que los cambios son buenos, que te ayudan a madurar y ver el mundo desde otra perspectiva. Dicen que debes abrirle los brazos a las nuevas etapas, que si les das un cálido abrazo te responderán con el mismo gesto.
Dicen que si alguien se va, otro viene, que no hay un ying sin yang, no hay luz sin oscuridad, todo está cuidadosamente equilibrado en una balanza.
Dicen que te debes amoldar a las cosas, que dejar que los sucesos fluyan  a tu alrededor.

Dicen, dicen, dicen... Dicen mil y una cosas que no sigue nadie. Todos perdemos, todos tenemos miedo a lo nuevo, mas vale malo conocido que bueno por conocer... Yo tengo miedo, a los cambios, a las personas nuevas, a las experiencias con las que me aterra descubrir que me gusta hacer algo totalmente distinto a lo que estoy acostumbrada. Tuve miedo de perder a gente y ese miedo se volvió real. Aún tiemblo cada vez que para el bus en una parada, rogando que no se suba y tenga que enfrentarme a uno de mis mayores dolores. Aún tiemblo al oír su voz rompiéndome. Aún tiemblo solo con imaginarme lo que debe de pensar cuando se acuerda de mi,si sonreirá como yo ante algún recuerdo bonito o, si por el contrario,se asqueará por haber compartido gran parte de los años mas importantes de nuestras vidas conmigo.

Sí, lo reconozco alto y claro: tengo miedo.
Y  sí, lo reconozco: he madurado estos meses lo suficiente, como para dejar de mostrar mis sentimientos y parecer un témpano de hielo.

martes, 27 de junio de 2017

Tocando fondo

No entiendo que hago mal, la mitad de las veces (por no decir todas), cada cosa que hago está errónea, hay fallos, sale todo como la mierda. Lo peor del mundo es tener la idea tan clara de que estás haciendo lo correcto, que todo va a estar bien... y a penas a unas horas, todo se tuerce inesperadamente. No me estoy echando flores ni haciendo que la culpa me resbale por el hombro, solo estoy usando de nuevo este blog para desahogarme entre lágrimas, para evitar hacer daño a mas gente, porque aquí da igual quien me lea, solo son mis pensamientos, mis ganas de mandarlo todo a la mierda... Aquí no hay nombres ni mensajes cargados de odio o tristeza, solo hay burbujas de ideas explotando en forma de palabras, de textos que reflejan como me siento.

Basta que esté mal por algo, para que un cúmulo de cosas se me venga encima, todo de golpe, haciendo un gran desastre a partir de un guijarro en el camino. Supongo que, en realidad, cuando uno está mal se toma lo demás como algo peor de lo que en realidad es, de ahí el decir que se nos viene toda la mierda encima.

Esta entrada es posible que no tenga mucho sentido, la estoy escribiendo casi a las 3 de la mañana y después de llevar dos horas demasiado mal como para poder articular mas de dos frases sin que se me quiebre la voz, cada vez que me medio recupero, llega otro comentario cargado de veneno del mas letal. Nunca había llorado por una amistad, siempre había sabido afrontar los problemas con el rostro seco y con firmeza pero, esta vez, no soy capaz. Ha ocurrido una cosa horrible con la persona en la que estos últimos meses mas he confiado, mas le he contado, mas he compartido mis rayadas y mas he hablado en general. Ha ocurrido que no quiere ni verme, que me siento como en navidades: Sola. Sin apoyos. Me siento con un camino enormemente largo y acojonante sin nadie que me de la mano por si me tropiezo.

Decía que había tocado fondo, pero fondo solo se toca cuando sientes como vas perdiendo a una persona así de importante en apenas horas.