jueves, 15 de enero de 2015

Iguales de nuevo

Me echo de menos. A esa chica inocentona que se creía cualquier cosa, que no sabía lo que es llorar hasta dormirse y que su única preocupación eran sus amig@s. No hace tanto tiempo de ella, dos años o quizás menos pero, en tan poco, he cambiado dos veces. De como era antes, pasé a ser una chica odiosa, que solo hacía daño y no se preocupaba mas que por ella. Y de esa gilipollas, medio volví a ser la tía ingenua. No del todo. Ojalá fuese del todo. No habría cosa que mas me gustase. Pero es que es imposible, porque he vivido cosas nuevas que quizás me hayan echo madurar y no confiar tanto en la gente. Pero oye, que los que me odieis no significa que sea como me porto con vosotros.
Porque soy fría, pero muchos no saben que el hielo quema; que lo que son mis miradas duras, con personas importantes se suavizan; que aunque no lo parezca, puedo llegar a reirme hasta llorar; que se dar cariño y abrazos y que incluso a veces me paso de ñoña; no siempre estoy enfadada con el mundo, y odio pagar mis mosqueos con gente a la que quiero; podré estar llorando de puta rabia, pero siempre tengo sonrisas para los que me importan y, si ellos están mal, antes de hacer nada por mi intento ayudarles. No soy egoísta como muchos piensan, ni tampoco una puta psicópata. Cierto que a veces me harto tanto que grito a las personas que menos se lo merecen, que pierdo los papeles, digo cosas de las que luego me arrepiento y luego me trago el orgullo y pido perdón. Me gustan las oportunidades de rehacer un error, de arreglarlo y de poder pensar "joder esta vez ya no la voy a cagar" y sentir que eso es verdad, que tengo razón en ello.
Me gustaría controlar mas mi genio, pero es algo que no puedo evitar. Darme un motivo de verdad para odiar, que lo haré con todas mis fuerzas. Mis sentimientos van de un extremo a otro, no hay termino medio; o me caes bien o mal, o te quiero o no; soy clara con ese tipo de cosas. Que los "te quiero, me importas, estoy preocupada por ti, confío en ti..." me cuesta mucho decirlos y, cuando lo hago, es porque lo siento de verdad.
Tengo manía de quitar sudaderas o chaquetas ajenas y ponérmelas, me encanta hacer eso. Hacerme fotos a lo gilipollas con amigos es ya rutina y se podría decir que soy una payasa de primera categoría, de estas que son las primeras en reirse de ellas mismas.
En resumen, muy poca gente conoce a la verdadera chica que hay en mi, muy muy poquitos pero, quien lo hace, sabe que soy una blanda, que lloro con cualquier cosa de emoción, que me deprimo facilmente pero que también me rio con cualquier cosa, que me gustan las cursiladas y los pequeños detalles, amo los abrazos por la espalda y los besos en el cuello consiguen que me den escalofríos, que siempre digo "nunca me pongo nerviosa con nada" y, en realidad, me pone de los nervios hasta un simple beso en la mejilla. Vivo obsesionada con el chocolate, con los perros, los libros y la música. Pienso que no hay mejor cosa que el cariño mutuo entre dos personas, por muy diferentes que sean. Me avergüenzo de tener que bailar delante de gente que me conoce y no soporto ir sola por la calle. Hacer reir a la gente es mi meta.
Después de todo esto, puede que no sea tan diferente de esa chica ingenua... Basicamente seguimos siendo iguales, quizás ahora demuestre algo mas de madurez o de soltura en las cosas pero, al fin y al cabo, soy de nuevo igual que ella.