jueves, 27 de febrero de 2014

Primer borrador de una novela nueva

Un pequeño borrador (cambiaré algunas cosas) de un cachito de mi novela aún por escribir. ¿Qué os parece? Podeis opinar debajo y darme alguna idea para continuarla si queréis.

El traqueteo del carruaje seguía siendo constante, no había parado desde que dejé el puerto unos kilómetros mas allá, en fin, el tan largo viaje por vía marítima aunque me hubiese mareado, si que vale la pena, después de cinco años sin saber de mi padre por fin iba a poder verlo de nuevo, no es que a mi madre y a mi nos hubiese dejado abandonadas, no, lo que ocurrió fue que mi padre en una de sus habituales marchas con unos amigos a alguna zona donde se pudiese encontrar algo, lo mínimo que fuese, para venderlo y alimentar al resto de la familia, se encontraron con algo que no esperaban, una cueva donde parecía que podría haber algo, se encontraron con un oso recién salido de su letargo anual, y, por supuesto, tenia un hambre voraz.
Ni que decir tiene que escaparon los que pudieron, los que no fueron devorados inmediatamente por el oso, me corrijo, no es que se los hubiese comido, los osos no se dedican a comer humanos, es que al ver algo que se movía, empezó a tantearlo con las zarpas cada vez con mas fuerza, hasta que de esas tres personas, solo quedaron trozos de carne hechos trizas y huesos.
Entre los que el oso atrapó, se encontraba mi padre, pero a diferencia de los otros dos, él se había hecho el muerto, por lo que el oso perdió el interés en él casi inmediatamente. Fue una suerte la verdad, pero no volvió con nosotras, decidió quedarse cerca de la cueva del oso para cuando se le presentase la ocasión, matarlo.
Por él le darían muchísimo dinero, que era lo que en aquella época necesitábamos para poder vivir. No es que fuésemos ese tipo de personas en los huesos que anda tiradas por el suelo en las calles suplicando por un mendrugo de pan, no, nuestra familia era pobre, pro no tanto, si que pasábamos hambre, pero nos las podíamos apañar.
No se si el que mi padre se hubiese quedado donde el oso fue una especia de regalo, porque fue aparecer él, y nuestra suerte cambió.
A los tres días de su desaparición, cuando ya todo el pueblo sabia lo que había pasado gracias a los supervivientes, llegó un gran carruaje lleno de adornos lujosos que indicaba que quien estuviese a bordo de él, estaba adinerado, yo lo había visto desde la ventana de la cocina, donde pasaba la gran parte del día haciendo algunos labores del hogar. Pero cuando de verdad me sorprendí, fue cuando el gran coche lujoso, aparco delante de mi casa y de él salió el mismísimo príncipe acompañado de su padre, el rey, de todo el estado.
Al principio pensé que se habrían equivocado, pero cuando picaron a mi puerta, ya no dudé que venían a por algo. ´´La casa no``-suplique en mi mente- ´´es lo único que nos diferencia de los vagabundos de la esquina de la plaza``, sin embargo, no querían la casa, ¡me querían a mi!
Cuando les abrí la puerta, se quedaron estupefactos mirando el interior de la casa como si no pudiesen asimilar que alguien podría vivir ahí, pero no les duró mucho la expresión, porque enseguida apareció mi madre y les invitó a pasar sin darles nada de beber, acto seguido me mandó al pozo que tenemos a coger agua mientras intentaba excusar no haberla tenido ya preparada. Ellos hicieron un gesto con la mano como para restarle importancia y el rey se levanto a besar ambas mejillas de mi madre a modo de saludo.

viernes, 14 de febrero de 2014

Insatisfacción

Le doy al play. Empieza la canción. Los primeros acordes. Las voces rasgan el sonido. Es un dúo. Es para dos personas. Yo estoy bailando sola. Me siento mal. Me duele. No miro por donde voy. Me caigo, aunque desde hace un tiempo, vivo tirada en el suelo.
No es la mejor forma de empezar el día ni de seguir hasta la noche, pero no puedo evitarlo. Duele mucho. Frió, dolor. No se por qué merece la pena luchar. Pasé demasiado tiempo luchando sin obtener recompensa, ni una pequeñita que me indicase que iba en buen camino. Pero tampoco voy por el equivocado, o eso creo, la verdad es que desde hace un tiempo no se muy bien lo que hago.
Ya pasaron meses, ya tendría que haber olvidado, sería lo lógico, pero no puedo.
No entiendo que hice para merecer esto, bueno, puede que igual si. Hice demasiado daño a una persona y ahora el karma me lo está devolviendo pero siete veces peor, como la maldición de Caín, que fue castigado por Dios al haber matado a Abel, su hermano. La maldición consistía en que Caín vagase eternamente por el mundo y cualquiera que quisiese matarlo, recibiría un castigo siete veces peor.
Pues algo así me está pasando, yo maté de dolor a una persona, y estoy siendo torturada siete veces peor. El siete, ese número... No solo me persigue en mi castigo, si no que fue una fecha crítica en estos meses, como si se estuviese burlando de mi ese número jugó un importante papel en todo esto. El Destino y el karma se han aliado para reírse de mi y no se cansan de ello.
La vida es cruel, mucho, y si te da un momento feliz, lo compensa con dos horribles. Hay gente que aprende a convivir con ello, pero no yo. A mi me gusta luchar, aunque no consiga nada a cambio, con tener mi propia satisfacción me vale. No me pienso rendir aunque quizás ya no haya que ganar. Es cuestión de tiempo, de lo que el Destino quiera hacer para seguir entreteniéndose. La ha tomado conmigo. Yo la he tomado con él. Nos la tenemos tomada y, sin embargo, yo estoy perdiendo.
La canción termina. Sigo bailando sola.